Cuenta la leyenda que existe un ánima
creada por la madre naturaleza la cual se encarga de cuidarla y protegerla, en
varias comunidades aún recuerdan, su nombre Juan del Monte o San Juan del Monte.
Dicen que él se encarga de proveer de alimento a los animales,
los cuida y los crece, cuida las plantas y los arboles. Muchos tienen la creencia de que antes
de entrar a pastizales o montes debes pedirle permiso, dicen “San Juanito
bendito amarra tus animalitos con un cordón bendito que voy a entrar al monte”
para que él permita el paso y las personas que se encomiendan no encuentren
víboras o algún otro animal venenoso.
Aunque Juan del Monte no siempre es tan bondadoso muchas veces
camina sobre el monte y sus pasos se escuchan a kilómetros, luego se detiene
cuidadosamente acechando a su presa y lo atrapa si misericordia.
Sus presas suelen ser cazadores furtivos, incluso algún
campesino que caiga de su encanto, si algún día te descubre
haciendo algo para él no muy grato, comienza a silbar y a silbar si no le
prestas atención y continúas cometiendo la falta te tira encima un árbol o
parte una rama, te adentra a alguna cueva para dejarte ahí y
asustarte, o simplemente te pierde por horas e incluso por años.
Dicen que a veces le gusta jugar y se
divierte por eso entre la cuevas a veces se escuchan ecos de risas, silbidos o
ruidos de animales que no perecen a la región; él nunca te molestará si no
dañas a la naturaleza.
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